El Señor de los Cielos está inspirado en la vida del sinaloense Amado Carrillo Fuentes, el narcotraficante más poderoso de México. Carrillo se ganó el nombre de “El Señor de los Cielos” por la flota de 27 aviones privados y comerciales que utilizaba para transportar cocaína colombiana a los aeropuertos municipales y pistas aéreas en todo México. Su fama creció por los rumores de lavar más de veinte millones de dólares, a través de Colombia, para financiar su flotilla de aviones. La DEA describió a Carillo como “el narcotraficante más poderoso de su era”.
En complicidad con las autoridades mexicanas —en especial su supuesta conexión con el general Jesús Gutiérrez Rebollo, ex comisionado del desaparecido Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD) de la PGR—, creó un imperio que traficó toneladas de droga en flotas de aviones privados y comerciales. Su vida fue casi un mito: sólo se conocía su nombre y pocos lo habían visto.
Era tanto el temor que causaba a las autoridades y a los medios de comunicación, que su historia sólo se conoció después de su muerte, que también estuvo plagada de misterio, dudas y conspiraciones. La presión para capturar al líder del Cartel de Juárez se intensificó entre las autoridades mexicanas y estadunidenses; en un intento por desaparecer del radar, Carrillo se sometió a una cirugía plástica y a liposucción para cambiar su apariencia, el 3 de julio de 1997. En algún momento de las nueve horas que duró la cirugía, Carrillo aparentemente falleció por complicaciones en la administración del medicamento. Dos guardaespaldas de Carrillo estaban presentes en la cirugía y fueron, en algún momento, señalados como culpables de la muerte de Amado Carrillo. Cuatro meses después, sus cuerpos fueron encontrados dentro de barriles de acero, con signos de tortura. Aunque la DEA confirmó su muerte, muchos creen que aún sigue con vida.
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